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MIYAYA es el proyecto artesanal de la artista Carla García; colecciones de ingeniosas piezas de cerámica funcional que parecen salidas de una galería de arte moderno.
Cafeteras italianas, cuencos de papel maché, latas de anchoas o los típicos Tupperware de comida para llevar son algunos de los objetos cotidianos que han servido de inspiración a sus diseños.
Aunque García estudió Bellas Artes y Diseño, ha sido en la práctica de la cerámica donde ha encontrado un espacio de recreo que le permite crear y expresarse libremente en un discurso que aboga por la sostenibilidad y la tradición artesanal. Un proyecto que ya ha captado las miradas de las principales revistas de moda y diseño.
SciGlam: Hace ocho años abandonaste tu carrera como artista y diseñadora para centrarte en la cerámica. ¿Qué te empujó a dar ese paso?
Carla García: La cerámica es algo que siempre he tenido cerca—mi madre y mi tía abuela eran ceramistas— pero para mí era algo de mi familia, nunca me había planteado dedicarme a esto.
Surgió por casualidad, cuando decidí darme un tiempo de descanso tras cerrar un proyecto editorial que había creado con unos amigos; al estar en una etapa de mi vida más relajada empecé a hacer piezas con muchas ganas. A los 3 meses me apunté a una feria de diseño, cogí el ritmo de producción, y hasta ahora… La cerámica es muy absorbente (risas).
A veces vas a un museo y ves una escultura preciosa y dices: “imagínatela llena de naranjas”
Tu colección de mayor éxito, No Plastic, denuncia el uso masivo de envases desechables y su impacto medioambiental. ¿Por qué has abrazado tú también la lucha por la sostenibilidad?
Pues la verdad es que también fue por casualidad. Cuando empecé a jugar con la cerámica quise aprender a hacer moldes —mi madre nunca había utilizado moldes— y para ello empecé a buscar objetos desechables. Entonces me di cuenta de que siempre acababa cogiendo envases de plástico porque los tenía acumulados por todas partes.
Yo siempre he intentado evitar los supermercados que lo venden todo plastificado y cosas por el estilo, pero te das cuenta de que no es tan fácil evitar los envases. Digamos que fue una visión que me vino a raíz de lo que tenía en casa y luego ya empecé a armar el discurso a nivel mediático.
Tus embalajes tampoco tienen plástico
Intento evitarlo. Utilizo cajas de cartón o de madera. Solo tengo que usar tapas de plástico en los tubos que empleo para algunos embalajes, eso no he conseguido reemplazarlo. Pero sigo dándole vueltas para solucionarlo.
Háblanos de tu colección Moka. ¿Cómo se te ocurrió utilizar una cafetera italiana como molde para tazas de café?
La colección Moka la diseñé partiendo del emblemático diseño de la cafetera Bialetti. Empecé a estudiar sus formas y me di cuenta de que, al descomponerla, cada pieza podría convertirse en un elemento de un juego de café completo. De nuevo fue una manera de diseñar a partir de la observación y modificación del entorno.
Teniendo una formación en Bellas Artes, ¿te planteas hacer proyectos dirigidos al mundo del arte?
Pues el tema es que al final estoy siempre en el taller y no tengo tiempo para nada, pero, por ejemplo, sí que quería contactar con más gente de este ámbito ( diseñadores, ilustradores, pintores, etc.) y hacer una colección especial para galerías de arte con la bolsa de la colección No Plastic.
También estoy trabajando ahora en una colección basada en la artista abstracta Sonia Delaunay. Es una artista muy completa con una obra preciosa. Delaunay trabajaba mucho el arts & crafts; hacía diseño de vestidos, escenografía, etc. Estoy haciendo una vajilla basada en su pintura.
De todas formas, yo empecé en esto de la cerámica rehuyendo del mundo del arte. Es un entorno tan difícil y frustrante… Llegó un punto en el que me quise alejar de todo eso.
La artesanía, por el contrario, me encanta porque es una manera de desarrollar las cuestiones creativas y plásticas sin verte inmerso en ese ámbito pretencioso del arte. Aquí estoy muy relajada.
Empecé en esto de la cerámica rehuyendo del mundo artístico. Es un entorno tan difícil y frustrante…
Me gusta mucho que la artesanía sea funcional; que las obras, además de ser bonitas, se puedan usar. A veces vas a un museo y ves una escultura preciosa y dices: “imagínatela llena de naranjas”.
Mi faceta artística la iré metiendo poco a poco, pero sin abandonar el propósito fundamental de la artesanía: la funcionalidad.
¿Veremos alguna vez las creaciones de MIYAYA en museos, como la vajilla Duralex en el Museo de Artes Decorativas de París?
¡Ojalá! Pues mira, ¡qué casualidad! Hace muy poco quise hacer la vajilla Duralex en cerámica. Hasta compré una vajilla de segunda mando para hacer los moldes, pero al final pensé que no aportaba mucho y abandoné el proyecto. La vajilla Duralex es perfecta tal y como es, ¡me encanta!
Si pudieras hacer una pregunta a un científico de cualquier campo, ¿cuál sería?
Una cosa que pienso mucho, y me genera mucho interés, es el desarrollo de la inteligencia artificial —su avance y los límites éticos o morales que se le impone a su desarrollo. Cómo se establecen, quienes los deciden y cómo se seleccionan a esos “jurados” y cómo de modificables son esos parámetros, según se vaya avanzando.
Esperando respuesta…